He recorrido tu cuerpo
me gusta recordarlo
surco a surco
línea a línea
siguiendo los delirios
caprichosos
del noctívago insomne
sediento de deseo
y en el viejo y eterno
oleaje
he respirado tus sueños prohibidos
y abrazado tus cimas
sonrosadas
y en las yemas de mis dedos
sensibles y encendidas
he sentido el latir vertiginoso
de tu sangre y el candente calor de tu piel enardecida.